Francisco Contreras Molina (Elche, 1985) es sin duda uno de los innovadores más importantes del flamenco moderno. Con una perspectiva rupturista y ajena a las definiciones, ha evolucionado desde unos comienzos como cantaor puro a un estilo absolutamente único, forjado a partir de influencias del jazz, rap, pop, la música electrónica o los ritmos latinos, en los que la forma y el fondo se unen para crear proyectos artísticos que van más allá de la música. De musicar a Miguel Hernández a colaborar con Los Voluble, realizar instalaciones sonoras en homenaje a Val del Omar, explorar la música colombiana o indagar en la fusión de rock y flamenco junto a Toundra, el carácter indómito y aventurero de Niño de Elche es la muestra de cómo partir de una tradición para llevarla a lugares insospechados.