Festival
Milano Flamenco Festival
MARCO
En el principio, fue el latido: el pulso primigenio de una vida que se fue haciendo ritmo, compás: Marco.
Luego, le nacieron alas en sus pies, mil flores en el alma. Desventuras y risas conformaron su piel de agua y fueron abriendo surcos a la emoción y al grito, al duelo y a la celebración: porque el flamenco era ese lugar sin límites donde su impulso (creativo, vital) adquiría su pleno sentido.
Ahora, es el momento del recuento de lo vivido; del regreso a los orígenes, veinte años atrás: no para empezar de nuevo; sino, cual viajero atento y sincero con la peripecia de lo andado, volver a encontrarse con las verdades esenciales del flamenco y revivirlas plenas de sentido: lejos del museo, en la emoción de su pulso caleidoscópico, de su baile inasible, del corazón limpio de un artista del siglo veintiuno: Marco Flores.
RAYUELA
El nombre de un juego (no sólo infantil) que encontramos en muy diversas culturas desde los más lejanos tiempos.
Invita a partir de la tierra para conseguir el cielo de cada uno (Urano), pendiente siempre de no descender al infierno (Plutón). El error significa caer en el pozo: pero siempre permite empezar de nuevo.
El poder evocador de una palabra:
• Nos lleva a nuestras raíces, a una cultura milenaria compartida. Así, el flamenco.
• Simboliza nuestra aspiración a la obra perfecta, a ser mejor ante uno mismo (no se compite con los demás). Así, el artista.
• Alude necesariamente a la novela del mismo título de Julio Cortázar. Oliveira, su protagonista, busca siempre algo que no sabe qué es; pero que es lo que necesita. La vida (el proceso creativo) como búsqueda. Así, el hombre.