Hija de exiliados guineanos, Concha Buika (Palma de Mallorca, 1972) es el reflejo de las influencias de múltiples culturas, unidas por la emoción y una manera visceral de entender el arte. Desde su infancia bebió del pop africano, la música de Latinoamérica, el jazz y el flamenco, creando un estilo propio cuyo denominador común es una voz poderosa y personal, tocada por el influjo de la pasión. Varios discos de oro, en España y Latinoamérica, y nominaciones a los Grammy Latinos, avalan una trayectoria que se ha construido desde la comprensión de cómo los géneros musicales tienen en común un mismo sentimiento, que ha llevado a los escenarios de medio mundo.